La estrecha relación entre la nutrición y el sistema inmunitario:

E. Nova, A. Montero, S. Gómez y A. Marcos Grupo de Inmunonutrición. Dpto. Metabolismo y Nutrición. Instituto del Frío. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid

El otro día estuve buscando un tema para exponer en este blog, consistía sobre los estudios nutricionales, y me encontré con un artículo muy interesante publicado por el grupo de Inmunonutrición de Madrid - España.
Este artículo explica lo unidas que están la nutrición y el sistema inmunitario por medio de pruebas de diferentes tipos que fueron aplicadas a un grupo de personas, esto exponiendo que es un estudio observacional, analítico.

Empezamos citando un párrafo que me llamó mucho la atención:

"Es un hecho bien conocido que un pobre estado nutricional conlleva un mayor riesgo de contraer infecciones; sin embargo, el conocimiento del papel que juegan los nutrientes en los mecanismos inmunológicos de la defensa es mucho más reciente."


El sistema inmunológico es complejo y sus componentes participan en muchas funciones de manera integrada con otros sistemas del cuerpo.

La respuesta inmune adaptativa tiene alta especificidad y memoria  para patógenos específicos. Las células involucradas en la respuesta inmune se originan en la médula ósea, se encuentran principalmente en los órganos linfoides como el timo, el bazo, los ganglios linfáticos y las placas de Peyer, y también se diseminan por todo el cuerpo a través del azúcar en la sangre, la circulación linfática y la migración. Directamente a donde deben estar, según la respuesta pertinente en cada caso particular según el tipo de patógeno y su vía de entrada. En la inmunidad innata hay células fagocíticas, incluidos los granulocitos (neutrófilos, basófilos y eosinófilos), monocitos y macrófagos.  
 

El texto nos da un ejemplo como lo es la inflamación la cual la explica de la siguiente manera:

"Cuando las barreras físicas que separan lo propio de lo no propio son vulneradas, comienza una respuesta inflamatoria, dentro de lo que se ha llamado inmunidad innata. En esta etapa, multitud de células necesarias para la respuesta han de ser atraídas desde la circulación hacia el tejido infectado. Las células endoteliales que se alinean en las vénulas postcapilares responden a señales del tejido cambiando de forma y dando lugar a la aparición de oquedades o pasos, además se vuelven “pegajosas” expresando moléculas de adhesión en su superficie luminal que interaccionan con moléculas complementarias en los leucocitos circulantes, reteniéndolos."



 Inmunidad Adquirida: este es otro de los puntos que toca el artículo.

La inmunidad adquirida requiere el reconocimiento específico de moléculas (antígenos) de los patógenos invasores, que los distinguen como un agente extraño al huésped. La infección de una célula por un patógeno intracelular es señalizada a un linfocito T mediante la expresión en superficie de fragmentos peptídicos derivados del patógeno. Estos péptidos antigénicos se presentan unidos a proteínas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) y la combinación antígeno - MHC es lo que reconoce el linfocito T a través de su receptor específico denominado TCR. Existen dos clases de proteínas de MHC, de clase I y de clase II. La de clase I es expresada en todas las células nucleadas y plaquetas, mientras la de clase II ocurre sólo en células presentadoras de antígeno profesionales (macrófagos, células dendríticas, linfocitos B y algunos otros tipos celulares).


Para corroborar esta información se realizaron las siguientes pruebas:

Tabla 1


"Los resultados anormales pueden sugerir la existencia de desórdenes primarios en las células fagocíticas, aunque también pueden ser secundarios a otras alteraciones como, por ejemplo, en la función de los linfocitos."

En los ensayos de citotoxicidad pusieron a prueba la actividad de los linfocitos T y de las células NK, los linfocitos T destruyen células diana, linfoblastos o células tumorales marcadas con CR vía reconocimiento de un antígeno de superficie.

Pruebas de suero y Plasma

  • Inmunoglobulinas: los diferentes isotipos de anticuerpos se pueden cuantificar fácilmente por inmunodifusión radial, nefelometría o electro foresis de proteínas séricas utilizando antisueros específicos.
  • Proteínas del complemento: el estudio del complemento puede hacerse mediante la capacidad total para lisar eritrocitos en presencia de anticuerpos o cuantificando los niveles de componentes específicos.
  • Citoquinas: su determinación en plasma es complicada debido a sus bajos niveles y baja vida media. La técnica de ELISA y recientemente la citometría de flujo con bolas de látex recubiertas de anticuerpos son las más utilizadas para este propósito, mientras que la actividad de las citoquinas puede medirse por sus efectos sobre células blanco a través de bioensayos.


Pruebas in vivo

  • El test de hipersensibilidad retardada cutánea mide la función inmune celular global a través de la capacidad de responder a una serie de antígenos introducidos subcutáneamente. El antígeno más utilizado es un derivado proteico purificado de mycobacterium tuberculosis. La presencia de alguna infección, por ejemplo gripe, sarampión, paperas escarlatina o tifus, puede ocasionar anergia o falta de respuesta.
Como afectan las situaciones fisiológicas a las alteraciones inmunológicas.

Este cuadro me pareció más que interesante:

Y por supuesto hay muchísimos datos interesantes en este artículo, por eso te invito a visitarlo y mirarlo por tu propia cuenta en el siguiente enlace:

https://seom.org/seomcms/images/stories/recursos/infopublico/publicaciones/soporteNutricional/pdf/cap_01.pdf 

Zumito de Uva

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